viernes, 15 de junio de 2007

CEA-PICO SACRO (VEDRA)






Etapa curiosa donde las haya que ha terminado por pulir la poca salud que le quedaba a nuestras maltrechas máquinas.
KILOMETROS: 73,200 km.
TIEMPO: 5 horas 27 minutos.
MEDIA: 13,9 km/h.
Salimos sobre las 9 de la mañana, despues de tener que esperar a que abrieran el bar para desayunar, para luego continuar siguiendo nuestras sempiternas flechas amarillas por un sendero poco apto para bicis, cruzando varias veces las carreteras que nos íbamos encontrando, y que debido a las obras de la nueva autovía, han ido modificando el trazado del camino en algunos tramos.
Cuando llevávamos andados varios kilómetros hemos preguntado por el monasterio de Oseira, a lo que un lugareño nos ha indicado que nos lo habíamos quedado atrás ¡6 kilometros!, así que al unísono hemos decidido que los frailes se quedan sin ver nuestros preciosos rostros, lo dejaremos para mejor ocasión, pues todos estos kilómetros de más se han hecho subiendo, y no es cuestión de volverlos a bajar. De todas formas, nos hemos debido de pasar alguna otra flecha pues hemos tenido que seguir subiendo por una carretera para enlazar con Castro de Ozón, con cuestas muy empinadas, y donde no hemos visto ni un solo coche.
Una vez retomado el camino, continuas subidas y bajadas hasta los ríos y riachuelos, con paisajes muy bonitos, pero que enl a mayoría de los casos tampoco eran aptos para las bicicletas, con grandes piedras sueltas, o terreno muy resbaladizo y fuertes pendientes, pero las vistas merecían la pena.
Paramos a comen en Laxe, en el restaurante Mª José y cuando nos montamos de nuevo más de lo mismo, bajadas con piedra suelta y subidas con la bici al lado por ser imposible subir montado. Debido a este terreno los frenos de 3 de las 4 bicis han dicho basta, y no van bien, lo que hace peligrosos los descensos. El cambio de piñones y platos de otra de las bicis suena de mala manera, tenemos una llanta delantera y otra trasera hechas un 8, así que en vista que debemos mantener durante varios kilómetros nuestra integridad, y velar por la de nuestras máquinas, utilizamos el asfalto en la localidad de San Fiz, el cual no abandonamos hasta llegar a nuestro destino, en el Pico Sacro, en el bello albergue de la localidad de Vedra, que se encuentra casi al borde del lleno, pero cuando ya entrábamos en el mismo, nuevo pinchazo, que ya reparamos una vez que nos hemos acomodado.
Pues hasta aquí la crónica del día, actualizada 3 días despues, pero que estaba apuntada para no perder detalle.

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