jueves, 14 de junio de 2007

VILAR DE BARRIO- CEA




Si empezamos la crónica de hoy resumida en una palabra: AGUA, AGUA y más AGUA, nos ha caido toda la que había en el cielo.
KILOMETROS: 62,61 KM.
TIEMPO: 4 HORAS 4 MINUTOS
VELOCIDAD MEDIA: 15,38 Km/h.

Empezamos la jornada bastante temprano, sobre las 7 de la mañana, y una vez desayunados transformamos las bicicletas para hacerlas aptas para la lluvia, con sus bolsones de plástico y nada más enfilar hacia Bóveda, empieza el agua a caer a chuzos, debido a lo cual optamos por salirnos del camino y coger carretera. Como no llevamos mapas, salvo la guía del camino, y el GPS ya hace días que está inoperativo por las baterías, pues ocurrio lo lógico, nos hemos perdido, cayendo agua a mares, preguntando a los pocos lugareños que se atrevían a salir a la calle, unos te mandaban por un sitio, y otros por otro, y los que se estaban mojando, pues contentos....

Al final, y gracias a Dios, casi todo en bajada, hemos llegado al cruce de carretera de Outerelo, que sí nos aparece en la guía, seguía lloviendo, pero todo por asfalto, lo que unido a la continua bajada ha echo que lleguemos a Orense bastante deprisa.

Una vez en Orense, como por arte de magia, se han retirado las nubes y ha empezado a salir tímidamente el sol, así que foto de rigor, y en la gasolinera de la salida, hemos cogido el camino, que se va convirtiendo en una cuesta empinada, de piedra, que hay que subir andando en aproximadamente dos kilómetros, por lo que no es demasiado recomendable con bicicleta, pero ya nos hemos perdido hoy una vez....

Cuando por fín nos subimos a la bici, el camino se encuentra algo pesado debido a la intensa lluvia, pero perfectamente transitable, habiendo incluso tramos con asfalto, pero no nos visita la lluvia, aunque las nubes son cada vez más grises, y amenazan continuamente con volver a aguarnos el camino. Despues de cruzar varias carreteras, el camino se entra a la altura de Bouzas en una zona tampoco recomendable para bicicletas, pero que por su incomparable belleza merece la pena visitar, así que p´adentro, se visitan varias aldeas casi abandonadas y en una de ellas la calzada de piedra hace llegar al río el agua por pequeños canales.

Luego en la localidad de Viduedo, y cuando las nubes no han sido capaces de soportar tanto peso, nos han querido dar un poquito, por ello, y a falta de un par de kilómetros para nuestro destino en Cea, final por carretera, por si las moscas, que ya llevábamos agua suficiente encima.

El albergue es quizá el más bonito que hayamos tenido hasta ahora, como es la tónica general, bastante limpios, con un ambiente muy familiar, pero este tiene la ventaja que es todo de piedra, cristal y madera, además de ser el más grande de todos.

Bueno, no sabemos si mañana podremos actualizar, valga desde aquí la disculpa, pero no en todos sitios tenemos biblioteca pública desde donde conectarnos a Internet.

Nos ha llegado a nuestros oídos de que hay por ahí un retoño que ha empezado a decir "bicicleta", no sabemos si por que echa de menos a su papá o porque ya empieza a pedir una.
Un saludo a todos.